¿Qué es el síndrome del impostor?

El de síndrome del impostor es un concepto o un término que se ha popularizado mucho en los últimos años y que hace referencia a un fenómeno de debilidad y salud mental, pero vinculado a la carrera profesional.

Lo pueden padecer tanto hombres como mujeres, aunque se está poniendo el foco de manera más concienzuda en la población femenina, porque ellas mismas sienten en ocasiones que no merecen el reconocimiento profesional que reciben.

que es sindrome del impostor

Y justo sobre eso trata el síndrome del impostor. Se trata de un fenómeno psicológico a través del cual, una persona que ya ha demostrado logros académicos, laborales o de trayectoria suficientes, cree que no está a la altura de los logros y parabienes que reciben.Su juicio, influenciado en gran medida por los factores externos, es el de que esos éxitos han llegado a su vida por golpes de suerte o por ayuda de terceros. En esos casos, se sienten como impostores, y a pesar de conseguir una buena posición académica, laboral, o incluso social, siempre ronda la idea de que son un fraude y otras personas se lo merecen más que ellas.

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¿Cómo saber si tengo el síndrome del impostor?

Este proceso psicológico puede ser experimentado por una buena parte de la población. Algunos expertos señalan que hasta el 70% de las personas lo sufrirá alguna vez en su vida. Las causas son variadas, como veremos a continuación. Ahora nos centramos en su detección, en cómo saber si se está viviendo una situación de este tipo.

Un primer síntoma es sentir dudas o insuficiencia generada por las inseguridades que ofrece una nueva oportunidad profesional o académica. Si esta incertidumbre lógica se mantiene en el tiempo, es muy probable que se padezca síndrome del impostor. Pero si en cambio se superan las dudas, lo que ha ocurrido es un proceso lógico.

Una señal ya más a tener en cuenta es que las dudas se prolonguen, permanezcan en el tiempo. Esto impide afrontar riesgos, llevar la iniciativa o participar de manera activa en los proyectos.

La persona que padece un fenómeno de este tipo se siente incapaz de aportar propuestas o soluciones, y no por su falta de valía, sino por un miedo irracional a que otros compañeros o personas crean que no es la adecuada para ese puesto.

El síndrome del impostor puede durar años y en algunos casos aparece ya desde la infancia o la adolescencia. Las mujeres experimentan en mayor proporción estos fenómenos, y esto es debido a que ellas se desarrollan en un entorno principalmente patriarcal.

¿Por qué se produce el síndrome del impostor?

Para buscar respuesta a esta pregunta hay que localizar cuáles son las posibles causas del fenómeno. Una de ellas es ser miembro de una familia con grandes logros o donde estos son muy valorados. Si en ese círculo no se destaca, lo habitual es tener dudas sobre la propia capacidad académica y profesional. De este modo, al lograr un cierto hito, todo se verá opacado por no estar a la altura de otros familiares o conocidos cercanos.

Por otra parte, las personas con problemas de inseguridad y baja autoestima son más tendientes a padecer estos procesos. A esto se puede sumar la experiencia vivida cuando es negativa.

Un despido, por ejemplo, puede ser el desencadenante de un sentimiento de culpa y de duda. Finalmente, los cambios en la vida académica o laboral, especialmente aquellos que conllevan más responsabilidad, invitan a hacerse preguntas sobre si se está realmente preparado para tal  encargo o si de verdad se estará a la altura.

¿Cómo superar el síndrome del impostor?

Hacer frente a este fenómeno es posible, aunque requiere su tiempo. Los psicólogos advierten que el tratamiento más recomendable es una psicoterapia breve pero de carácter prolongada, y siempre ajustando las sesiones a la problemática asociada.

Es también frecuente no saber definir si estos procesos de sensación de falta de merecimiento están asociados a la inseguridad, la baja autoestima o la depresión. Sea como fuere, el objetivo principal es encontrar la causa, qué ha desencadenado esta situación.

Todas las recomendaciones y ejercicios en la terapia van a ir encaminados a lograr una mayor autoaceptación. Al final, la idea es hacer ver a la persona que sufre este síndrome que no es necesaria la perfección absoluta, pues eso no está al alcance de nadie.

Es posible llegar a los objetivos deseados, a su consecución, siempre que estos se fijen de manera realista, y sintiendo que no se es un “outsider» o un convidado de piedra en el ámbito laboral o social.

El síndrome del impostor puede aumentar los niveles de estrés, afecta a la productividad e impide adquirir un nivel de autoestima suficiente. Si no se trata con herramientas adecuadas, el resultado es una mayor sensación de decepción. Para ello, es realmente importante detectar cuáles son las causas de este fenómeno.