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Tipos de liderazgo empresarial
Una conocida viñeta distingue las figuras de líder y jefe situando a este segundo como una persona subida sobre una cuadriga o un carro de combate que obliga a sus empleados a desplazarlo con latigazos y el uso de la fuerza. Esa imagen está muy lejos del liderazgo empresarial.
El líder, en cambio, es el primero que carga con el carro o con la cuadriga, siendo un igual con el resto de compañeros. La capacidad de liderazgo es precisamente la habilidad para influir sobre los demás y que estos alcancen los objetivos que la organización desea.
La finalidad de un buen líder es desarrollar el máximo potencial de los trabajadores y que estos, a través de su ingenio y su capacidad de trabajo, satisfagan las necesidades de las empresas. El líder actúa como encargado para mejorar la motivación de compañeros y generar un ambiente de trabajo idóneo.
Liderazgo empresarial: ¿Cuáles son los principales estilos?
El liderazgo emocional se caracteriza por una buena capacidad de comunicación, mucho carisma, entusiasmo, organización, visión de futuro, honestidad, escucha activa, capacidad para delegar en otras personas, acertar en la toma de decisiones y la suficiente correa como para negociar con iguales, con otros empleados y con personas que están en una posición inferior en la jerarquía de la empresa.
Existen distintas tipologías de liderazgo empresarial, y cada una de ellas está determinada por unas características laborales y psicológicas. Te mostramos cuáles son esos diferentes tipos de liderazgo
Liderazgo Transaccional
El liderazgo transaccional es el que está vinculado a un sistema de recompensas. Lo que ocurre en estas situaciones es que el líder premia con incentivos económicos a sus empleados. Estas recompensas son concedidas cuando se ejecuta un trabajo bien hecho o por la consecución de determinados objetivos.
Con este sistema ambas partes salen beneficiadas, pues los trabajadores ven recompensados su esfuerzo y el líder motiva a sus empleados consiguiendo que las ventas y los ingresos empresariales crezcan. Es un tipo de liderazgo positivo, que aumenta el sentimiento de pertenencia a la empresa y favorece la productividad.
La función del líder, más allá de proporcionar estas recompensas, es crear estructuras bien diseñadas para que los empleados estén cerca de esos premios.
Liderazgo Transformacional
En este tipo de liderazgo empresarial, el líder motiva, inspira, estimula a sus empleados a seguir creciendo y a innovar en sus objetivos para que los cambios en la empresa ayuden a esta a crecer.
Aquí es fundamental que los empleados se sientan comprometidos con los objetivos, por lo que habrá que confiar en ellos, delegar cuando sea necesario y hacerles sentir partícipes de las decisiones que se toman en la empresa.
El liderazgo transformacional promueve la creatividad y la participación de todos los empleados de la compañía, anima a no sentir temor a afrontar riesgos y refuerza la comunicación interna en la empresa.
Liderazgo Situacional
Un tercer modelo de liderazgo empresarial es el situacional, que se podría también definir como un liderazgo versátil. Aquí la clave es la flexibilidad, adaptarse a las circunstancias que demanda la empresa en cada momento.
Los líderes que se especializan en estas aptitudes conocen el potencial de sus trabajadores y las necesidades que requiere la empresa, y por ello adapta sus decisiones a lo que es necesario en cada momento.
Por tanto, se trata de un liderazgo que va cambiando en su forma de interacción para abordar las tareas siempre pensando en mejorar el rendimiento del grupo y la organización en general.
Liderazgo Democrático
El sobrenombre de democrático ya deja entrever con su nombre en qué consiste. Aquí los empleados son muy responsables de lo que ocurre en la empresa. El líder los hace partícipe y crea en ellos la certeza de que sus opiniones son muy tenidas en cuenta.
Es una forma de relacionarse con los trabajadores desde la figura de un líder que huye de las actitudes autoritarias y promueve una comunicación interna muy fluida.
Las decisiones finales dependen del líder, pero a ellos se llega con una visión amplia en la que han intervenido los empleados. El liderazgo democrático mejora la visión empresarial.
Liderazgo “Laissez Faire"
El último de los liderazgos es el “laissez faire», que es una voz francesa que significa dejar hacer. Se introdujo por primera vez en el siglo XVIII y está muy ligada al mundo de la economía.
En el ámbito de las relaciones laborales, este tipo de liderazgo define a quienes dejan trabajar en positivo, a los líderes que confían en sus empleados porque son sabedores de que están preparados para ejecutar sus tareas.
Con el “laissez faire» se pone más el foco en los resultados y no en los procedimientos. Se deja libertad a todos los miembros del equipo para aumentar la motivación, pero siempre con un cierto nivel de control en las decisiones.
El liderazgo empresarial es clave para impulsar el crecimiento de una compañía. Existen muchas vías para hacer crecer las empresas y todas son válidas siempre que se consiga un buen clima de trabajo en la organización. Ahí, y en la consecución de los objetivos, radican las claves para convertirse en un buen líder.